Una gran parte de las personas que se plantean acudir al psicólogo o al coach comparten el mismo mito: las psicoterapias son largas. Esto no es siempre así y querríamos contártelo.
¿La psicoterapia es mejor más larga o más corta?
Lo que define a todas las terapias psicológicas es el resultado que buscamos: que la persona que solicita ayuda se sienta bien. El problema es que ese “bien” depende del modelo teórico que sigue cada terapeuta, y hay contabilizadas más de quinientas formas de hacer terapia psicológica, así que ¡imagínate la complicación!
Entonces ¿qué hace que una psicoterapia sea larga o corta?
Pues quién decide ese “estar bien”.
En la mayoría de terapias de largo recorrido, es el modelo de terapia el que marca cuál es el problema psicológico y cuando el paciente ya lo ha resuelto. Los criterios suelen ser de “normalidad”, “curación” y el psicólogo es quien da “el alta” cuando según él se cumplen esos criterios de “estar bien”.
En cambio, cuando es el cliente el que decide cuál es el problema a trabajar y cuál será la mejor solución para él o ella, la terapia puede reducirse a muy pocas sesiones. En psicoterapia breve, cliente y terapeuta trabajan juntos para definir de forma clara cuál es el problema, qué ha hecho el cliente para solucionarlo ( y que evidentemente no le ha sido útil) y cómo sabrá que ya está bien y por tanto no necesita seguir con la terapia.
Otro elemento clave es que usamos aquello que la cliente ya sabe hacer… aunque no sabe que lo sabe. Usar los propios recursos del paciente en lugar de obligarlo a aprender otros nuevos permite hacer terapia en un tiempo breve.
Dos maneras de hacer psicoterapia breve
La psicoterapia que principalmente practicamos en LO BUENO SI BREVE, sigue de cerca la línea teórica de la psicoterapia breve estratégica del Mental Research Institute de Palo Alto y la terapia centrada en soluciones de De Shazer.
La terapia breve estratégica.
Siguiendo con los mitos en psicoterapia, existe la idea extendida sobre la necesidad de ahondar en el pasado para buscar las causas y en el porqué del problema psicológico para que la terapia sea eficaz. La terapia breve estratégica demuestra que esto no es necesario, centrándose más en investigar “qué” sucede y en “cómo” el problema se mantiene a pesar de los intentos de solución del cliente. En otras palabras, cómo el cliente consigue de forma inconsciente una persistencia del problema.
En un incendio, lo primero que nos interesa es apagar el fuego, y luego, si es necesario, podemos investigar por qué se incendió. |
La lógica de la solución está en el problema
En general, se suele seguir una lógica de “cómo deberían ser las cosas” o “sentido común” que tendría que resolver el problema. Sin embargo aunque esas soluciones no son eficaces, los clientes siguen repitiéndolas con más intensidad, haciendo lo que conocemos como “más de lo mismo”. Es el clásico ejemplo de intentar responder a una persona extranjera en nuestra propia lengua y cuando vemos que no nos entiende, simplemente le decimos lo mismo subiendo la voz o hablando más lento. Absurdo, ¿no?
“Cuanto más me concentro para intentar alejar mis obsesiones, más se mantienen.” “Cuanto más me esfuerzo por dormirme, menos lo consigo” |
Desbloquear el problema con una acción fácil y distinta
En el modelo de intervención de la terapia breve estratégica, proponemos soluciones al problema muy distintas a los otros modelos de terapia.
La función de la terapeuta en este caso es proponer acciones que inicialmente pueden parecer “no-lógicas” o no “ajustadas al sentido común”, pero que se revelan muy útiles para desbloquear el problema, permitiendo que el cliente modifique su percepción de la realidad y pueda manejar mejor aquello que antes era un problema, lo que conocemos como una experiencia emocional correctiva.
¿Ha intentado usted obsesionarse de forma organizada?
¿Ha probado de intentar dormirse con los ojos abiertos? Esfuércese en ello esta semana |
Puede ser que la paciente no llegue a saber nunca a qué se debía su problema o cómo lo ha desbloqueado, pero la terapia breve ha dejado claro que esto no es siempre necesario. Lo que sí suele suceder es que, con las nuevas propuestas del terapeuta, la cliente se da cuenta de cómo mantenía su problema y tiende a generalizar esa solución eficaz a otros ámbitos de su vida.
La terapia centrada en soluciones.
Hablábamos en la introducción de cómo se pueden reducir el número de sesiones utilizando los recursos o fortalezas de la cliente. En esto se centra especialmente la terapia centrada en soluciones o problem solving.
La lógica de la solución está en las excepciones
A través de la investigación conjunta entre el cliente y el terapeuta, se analizan aquellas situaciones en las que el problema debería haber surgido y sin embargo no lo hizo. En la mayoría de casos, es posible encontrar excepciones en las cuales el paciente hizo algo distinto que no desencadenó en el problema:
“Siempre que llego a casa y está mi pareja acabamos en una discusión. Sin embargo, hubo un par de ocasiones en este último mes en las que llegué yo primero y en esos días la discusión no se desencadenó” |
Encontrar los patrones de funcionamiento y poder influir sobre ellos, a veces con pequeñas acciones puede ser suficiente para “poner palos en las ruedas del problema” y encontrar una solución eficaz.
El futuro como guía de cambio
Además – y permitiéndome contestar a algunos coaches poco conocedores de la psicología que acusan a la terapia de mirar sólo hacia al pasado- la TCS busca respuestas a partir de proponer al cliente qué va a suceder distinto cuando su problema ya no exista y se le proponen conductas siguiendo esa idea.
Entre las técnicas más conocidas del problem solving están el ‘como si’, la ‘pregunta milagro’ o la ‘técnica de escalas’.
“Cuando ya no tenga esos conflictos con su hijo adolescente y él ya se comporte como usted cree que debe hacerlo, ¿Cómo le tratará usted? ¿Cree que podría tratarle así durante las próximas dos semanas con independencia de cómo se comporte él? |
¿Cómo funcionamos en psicoterapia breve?
Psicoterapia ética y eficiente
Nos marcamos un número máximo de sesiones para no “marear la perdiz” con el cliente. Esta duración está entre 6 y 10 sesiones. Sin embargo, solemos avisar de que entre la tercera y cuarta sesión el problema debería empezar a desbloquearse. Si esto no es así, junto con el cliente hacemos las modificaciones necesarias. Si llegados a nuestra “sesión tope”, no ha pasado nada, reconocemos que no somos capaces de resolver su problema y le proponemos derivarlo a otro psicólogo.
Además, la distancia entre sesiones se va extendiendo a medida que la cliente mejora. Quizás entre las 2 o 3 primeras sesiones la haya dos semanas de distancia, pero puede ser que a partir de empezar a ver cambios significativos, se emplace al cliente a tres semanas, un mes o incluso más. Esto no tan sólo hace que sea el cliente quien haga responsable último de su mejora y por tanto el auténtico artífice del cambio. Esto acaba haciendo de la terapia breve una opción más económica para hacer terapia.
Muchos de los que hemos aprendido a ir en bicicleta tuvimos la ayuda de un adulto que nos ayudaba a mantener el equilibrio hasta que que pudimos solos. La figura de la terapeuta es la de esa persona que te ayuda a mantener el equilibrio lo justo para que puedas hacerlo por ti misma.
Quieres probar esto de la psicoterapia breve y que diseñemos el plan de acción en tu primera sesión? Puedes pedir cita conmigo o si lo prefieres escoger a otro terapeuta del equipo . ¿Seguimos con excusas o vamos a por las soluciones? 😉
3 Comments
Cristian Toribio
Me ha gustado mucho el artículo. Muy bien explicado. Muy resumido pero uno se hace una idea general de la psicoterapia breve a través del artículo!
Gi
Muchas Gracias Cristian! 🙂
erika luna
interesante articulo, es importante hablar de estos temas usando un lenguaje mas amigable a la población ya que no todos conocen los tecnicismos y tu lo lograste ya que es muy claro
saludos