depresión postvacacional

¿Qué es la depresión postvacacional?

Con todos los problemas del primer mundo, donde el capitalismo aprieta pero no ahoga, llega el fascículo de la depresión postvacacional o síndrome postvacacional. ¿A qué crees que nos referimos cuando hablamos de depresión postvacacional?

 

a) Es la sensación de que se acaban unas vacaciones que molan más que tu día a día.

b) Es cuando arrastras el jetlag hasta el primer día de trabajo.

c) Es el síndrome que se inventaron las farmacéuticas para vender más antidepresivos tras la bajada de ventas del verano.

d) No existe la depresión vacacional, existen las rutinas de mierda. La depre viene al darse cuenta de ello.

e) Se refiere a la nostalgia de cuando te has pasado un mes buceando en Maldivas y llevas 19h en un avión que huele mal. Con vacaciones cortas o aburridas esto no pasa.

 

Quizás todas las opciones anteriores sean correctas. Lo que está claro, es que el síndrome o depresión postvacacional en realidad son los padres. No existe ningún diagnóstico psiquiátrico que lleve ese nombre. O sea, que aunque lo sientas intenso, no es grave. El post-vacation blues, mal traducido del inglés como depresión postvacacional, es un periodo de adaptación a la rutina que para algunas personas conlleva momentos de tristeza, de ansiedad, de nostalgia o de estrés al volver de sus vacaciones.

 

La depresión postvacacional son los padres

 

Qué causa el malestar del periodo de vacaciones al trabajo?

No suele cambiar nada entre antes y después de las vacaciones, verdad? Entonces, si antes nuestra realidad no nos resultaba deprimente por qué lo es ahora?

El síndrome de estrés postvacacional es el darse cuenta de lo que habías dejado debajo de la alfombra antes de irte de vacaciones sigue exactamente ahí. Una parte probablemente sea el sistema capitalista voraz y opresor. Pero la otra parte soy yo, que me he montado una vida de mierda.

depre postvacacional

 

La lógica de los bajones vitales

Cuando dos fases vitales consecutivas conllevan un 1) cambio de rutina 2) demasiado abrupto 3) en el que se pierde algo, es normal que te entre bajona, frustración y malestar. Has perdido. Has perdido libertad, sensación de calma, horas de sueño, espontaneidad, tiempo al aire libre, de experimentar cosas distintas… Y eso puede generar frustración.

 

¿La vuelta al cole o la vuelta de Matrix?

Tras las vacaciones, hemos ido a Matrix y hemos vuelto. Hemos ampliado nuestro rango de experiencias y ahora tenemos más realidades con las que comparar. La comparación de nuestra rutina durante las vacaciones con la rutina laboral nos hace tomar conciencia de que nuestra vida no es perfecta. Nos recuerda que podríamos vivir mejor.

 

Te lo puedes tomar como una maldición o como información para hacer ajustes.

 

Vuelves a la vida que tu escogiste a lo largo de los años mediante pequeñas grandes decisiones. El resultado de esas decisiones es lo que hoy conforma tu rutina. Si no te gustan, ahora es un buen momento para un timonazo.

 

¿Qué podemos hacer para afrontar mejor la vuelta al trabajo?

Para evitar esta sensación de pérdida hace falta equilibrar el desnivel de bienestar/malestar entre vacaciones y vida habitual. Puedo optar por cualquiera de estas 5 estrategias:

1. Que mi vida sea menos mierder.

La vuelta al trabajo suele ser inevitable, pero la vuelta a la rutina como genérico no te la compro como factor estresante.

  • ¿Tú eres la misma persona de vacaciones que en el trabajo? ¿Qué haría tu ‘yo de vacaciones’ con tu vida? Probablemente en tu día a día estás más cerradx de mente por la cantidad de condicionantes externos. Haz como si fueras tu ‘yo de vacaciones’ una horita al día, a ver qué pasa.
  • ¿Para qué volver a todas tus rutinas? Suelen haber algunas que son más rituales que imprescindibles para tu supervivencia. ¿Qué rutinas te puedes saltar o reformular?
  • ¿Qué tendrías que hacer distinto para notar la sensación de vacaciones más a menudo? ¿Cuándo lo podrías aplicar en tu día a día? ¿Y por semana y mes?
  • ¿Qué aspecto específico de tu vida te genera ansiedad? ¿La cara de tu jefa? ¿El número de mails por contestar? ¿Mirar tu cuenta a fin de mes? Toma conciencia de que no es todo y si hay alguna parte concreta busca ayuda si no puedes solx.

 

Síndrome postvacacional

 

2. Que mis vacaciones sean más mierder.

Si te llega a afectar la vuelta es que te lo has pasado demasiado bien. Las próximas vacaciones, escógelas a conciencia o bien para que molen menos o para estresarte más que en tu vida rutinaria. Agradecerás la vuelta. Para empeorar tus vacaciones a partir de ahora:

  • Haz menos turismo. Hacerlas especialmente relajadas dan ganas de volver.
  • Practica turismo con altos niveles de estrés. Hacia el final de tus vacaciones, exponte a situaciones de reto en lugares desconocidos que sepas que te sobrepasan. Echarás de menos dormir en tu cama.
  • Dedica algún tiempo de trabajo a la semana para no perder del todo el hilo. Mantén a flote tu identidad del curro para que luego no cueste tanto ponerte el uniforme mental.

 

3. Cuidar el regreso a la rutina.

Cambiar el proceso de adaptación programando la transición, para que la vuelta al cole venga con lubricante. Acostarte y despertarte cada día un poco antes, si te vas de viaje volver a casa varios días antes de empezar a trabajar, dejarte hechos los tuppers de comida en el congelador para tu yo de la primera semana…

 

4. Aceptar el malestar ya que durará poco.

No hay mal que dure 100 años. Asume que en menos de un mes estarás dónde estabas antes de hacer vacaciones. Las buena noticia es que, tanto después de una baja por enfermedad como después de vacaciones, las personas vuelven a su nivel anímico pre-vacacional en 3 o 4 semanas. Las mala, que los efectos psicológicos beneficiosos de tus vacaciones se disuelven en el mismo tiempo.

 

estres postvacacional

 

5. Evitar pensar y distraerse con lo mundano.

Es la respuesta que verás en los manuales. Es triste que se recomiende la evitación como terapia, pero cierto es que la anestesia funciona. Puedes apuntarte a un sindicato o huir de matrix y de la toma de conciencia mediante:

  • Escapadas. Este primer trimestre hay puentes y acueductos para marcarte escapadas físicas o mentales.
  • Haz huelgas de móvil. Ni que sea unas horas el fin de semana. Hay estudios que demuestran que cuanto más lejos se está del teléfono menos hormonas del estrés hay en la sangre.
  • Planea las próximas vacaciones. En el trabajo mola más, cancelas la frustración que te produce el enemigo mientras calientas motores.
  • Haz cosas nuevas. Esto es clave de vida en general. Es un buen mes para acercarte a la persona que te gustaría haber sido el día que te mueras a partir de aquello que tienes en el tintero de hace tiempo. Darle una repasada a las actividades de los centros cívicos, institutos culturales y si vas tarde siempre te quedará la plataforma meetup.com.
  • Tampoco te exijas empezar tropecientas nuevas rutinas (dieta, hacer deporte…), especialmente si en el pasado las has abandonado a los dos días. Exígete poco que fracasar la segunda vez siempre es más fácil.
  • Revive las vacaciones desde la sala de estar. Gracias a tu memoria, tú cerebro entiende poco la diferencia entre realidad y ficción. Aprovecha esa tara: mira las fotos de las vacaciones en los momentos de tranquilidad y revive esos momentos como si estuvieses ahí ahora hasta que aparezca la sensación de bienestar. Todavía lo tienes fresco, así que te será fácil.
  • No es depre, es lluvia (de la serie, ‘no es depre, es frío’). El tipo de hábitos también cambia en función del tiempo. Aprovecha para anticipar qué puede darte sensación de vacaciones cuando empieza a refrescar o en un día lluvioso.

 

Si crees que ahora es un buen momento para hacer ajustes en tu vida y quieres notar los efectos cuanto antes, cuenta con cualquiera de nosotros cinco para poner tu plan en marcha. De lo contrario, te damos una cálida bienvenidx a la rutina! 😉

 

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